La única lengua hablada en La Mancha desde la culminación de la Reconquista es el español o castellano. No obstante, el habla de La Mancha presenta características dialectales propias, que la distinguen de otras variedades del idioma. Es considerada un habla de transición entre el dialecto castellano septentrional y los dialectos meridionales de la península ibérica (dialectos andaluces, extremeño y murciano).
El dialecto manchego, si bien no representa un habla plenamente uniforme, sí presenta aspectos que lo unen, y al tiempo separan de otros dialectos del castellano. Uno de sus rasgos más característicos es la aspiración de la s postvocálica, sonando como /h/ sonora o incluso /x/ (el sonido de la letra J en español). Esto, y la ausencia total de leísmos y laísmos, lo distingue especialmente del castellano septentrional. De las variantes más meridionales se distingue, entre otros aspectos, en la profusión mucho menor de aspiraciones o elisiones de s y z, y en la plena distinción de s y z.
El habla de La Mancha presenta, además, un rico léxico y giros propios, formados por variaciones fonéticas de palabras del castellano estándar, arcaísmos, palabras procedentes del sustrato mozárabe, árabe y latino, influencias de otras lenguas y dialectos cercanos (dándose frecuentes catalanismos y valencianismos, aragonesismos y andalucismos), diferentes acepciones para palabras ya existentes en el castellano estándar, o palabras plenamente propias, en algunos casos incluso propias de solo unos pocos pueblos.